Después del favorable resultado obtenido frente a la Universidad de Chile, donde tuvimos la fortuna de concretar un lanzamiento penal producto de la presión constante de Cecilio Waterman, esta semana nos ha brindado una sensación de tranquilidad. Sin embargo, no debemos obnibularnos creyendo que ahora está todo bien, dado que, en esencia, Everton sólo mostró un bajo desempeño, priorizando la faena defensiva por sobre un esquema que garantice una idea de fútbol que convenza a toda la exigente hinchada evertoniana.
He oído la excusa de que se jugó mal debido a la errónea expulsión de Alvaro Madrid, sin embargo, antes de esta situación, había muy poco que destacar en cuanto a jugadas de peligro de ambos equipos, pero, viendo el vaso medio lleno, debo reconocer que nuestros jugadores mantuvieron un orden que no se había apreciado en los partidos anteriores.
Definitivamente, lo más importante fue haber ganado 3 puntos, no hay lugar a más comentarios ni justificaciones, porque lo que se viene tiene una relevancia que trasunta más allá de cualquier otro evento para las huestes de la quinta región: EL CLÁSICO PORTEÑO.
No es necesario que me refiera a las características de este partido, ya que sería redundar en un tema que todos y todas ya conocemos, por lo tanto me referiré a nuestro rival de la misma forma en que analizo cada uno de los equipos que Everton debe enfrentar en cada jornada del campeonato de fútbol profesional.
Santiago Wanderers es, sin duda, uno de los planteles más débiles que existen en el presente torneo, lo que ha quedado de manifiesto en la tabla de posiciones durante las ocho fechas que ya se han jugado en esta primera rueda, ubicándose en el último lugar con tan sólo un punto, producto de un empate y siete derrotas, además de ser el equipo con menos goles a favor y más goles en contra. Un record del que nadie podría sentirse orgulloso.
Recientemente tuvieron un cambio de Director Técnico, asumiendo Víctor Rivero en dicho cargo, quien en su primer partido hizo un planteamiento enfocado en fortalecer la zona defensiva, logrando finalmente un empate 0 a 0 con O’higgins de Rancagua.
El diseño táctico de ese partido fue un 1-4-3-2-1.
El arquero es Mauricio Viana (12) un jugador temperamental que en este tipo de partidos se motiva y trata de arengar a sus compañeros, pero demuestra regularidad y en ocasiones ha evitado goles con atajadas que llaman la atención, sin embargo, no tiene buena ubicación en la cancha y se desordena saliendo largo trecho desde el arco a tratar de salvar una situación de peligro, causando más problemas que soluciones.
De lateral derecho se ubicó a Luis García (24), quien tiene marca y es el único que trata de pasar la mitad de cancha, pero se complica en un puesto que no domina, por lo que depende mucho del apoyo que le pueda brindar el Central Daniel González (3), un joven defensa con muy buenas condiciones para el puesto. Lo acompaña Juan Manuel Aja (4), uruguayo, que juega más estático en la línea defensiva y ha demostrado lentitud y falta de reacción cuando debe enfrentar una jugada rápida del equipo rival. El lateral izquierdo es Facundo Kidd (13), uruguayo también, que prioriza la marca por sobre la proyección, por lo que rara vez pasa la mitad de cancha a apoyar en ataque. Es más sólido defensivamente pero no tiene mucha habilidad ni velocidad para contrarrestar la habilidad de un delantero que eventualmente se proyecte por ese sector.
En el mediocampo, se ubica Francisco Alarcón (5) como volante central. Es un jugador que pone mucho temperamento en su juego, que no duda en golpear al rival si se ve sobrepasado y que de repente se toma atribuciones para irse en ataque y tratar de llegar a generar una ocasión de peligro de gol. Lo que más destaco de su juego son los despejes cruzados que realiza en tramos largos de más de 30 metros, haciendo que las defensas rivales pierdan referencias y sean sorprendidas con un jugador que rompa la línea defensiva y quede a tiro de gol.
Lo apoya el juvenil Matías Villarroel (15), quien se suma en faenas defensivas haciendo coberturas sobre todo en el lado derecho de su defensa, tratando de evitar que se genere un ataque masivo del equipo rival, sin embargo, tiene los ripios propios de un jugador muy joven que está recién comenzando a jugar profesionalmente.
Más libre podría jugar Matías Marín (8) ó Marcos Medel (10). Principalmente la función que deben cumplir es ser el enlace entre la defensa y el mediocampo, generalmente tratando de tomar el balón en el medio y abrirlo hacia uno de los costados donde se ubican Sebastián Ubilla (14) por derecha y Nestor Canelón (7) por izquierda. Ambos esperan el balón en tres cuartos de cancha y cuando reciben el balón, cambian drásticamente el ritmo de juego impregnando mucha velocidad para tratar de llegar al borde del área a tirar un centro o bien tratar de crear una ocasión clara de gol. Hasta el momento no han tenido suerte, pero es un aspecto al que hay que poner atención.
Finalmente, como centro delantero se puede ubicar Diego Vallejos (11) que es de un estilo de juego más colaborativo con sus compañeros, con más movilidad por todo el frente del ataque, pero que hasta el momento ha quedado en deuda con su juego. La otra opción es
Maicol Cabrera (9) quien se posiciona en el centro del ataque para tratar de pivotear o de recibir juego para finiquitar las jugadas que generen sus compañeros.
Dentro de los aspectos grupales, el equipo porteño presenta las siguientes características:
- Wanderers cede el protagonismo, sin embargo, presionan en ¾ de cancha para tratar de que los centrales rivales despejen el balón y tratan de recuperarlo en la refriega del mediocampo, y cuando se ven sobrepasados, no dudan en cometer faltas.
- Cuando salen desde línea de fondo, cargan el juego hacia el sector derecho, donde se ubica Marín, quien hace conexión con García para tratar de armar juego pegados a la banda derecha.
- Igualmente cuando García saca un lateral en zona ofensiva, lo envía en forma de centro al área rival tratando de generar un error en la defensa contraria.
- Tanto Canelón como Ubilla juegan a perfil cambiado. Canelón prefiere buscar línea de fondo pero Ubilla busca ir en diagonal hacia el arco.
- En el aspecto defensivo, los centrales no se adelantan, tampoco el lateral izquierdo, esperando en línea y cuentan con el apoyo de Villarroel y Alarcón quienes retroceden para fortalecer la defensa en el centro del área.
- Normalmente, les han convertido un gol en los primeros 10 minutos de inicio del partido. (O’higgins también lo hizo pero fue anulado por foul del delantero).
- En la medida que va transcurriendo el partido se van adueñando físicamente del control de éste, sobre todo cuando ingresa Medel, quien aprovecha muy bien los tiros libres y tiros de esquina cerrados hacia el segundo palo del arquero rival.
- Los momentos más peligrosos del ataque wanderino se producen en los últimos minutos del partido, donde terminan atacando y presionando para lograr un resultado positivo. Nosotros lo experimentamos en los dos últimos encuentros, donde empatamos y perdimos con goles que nos hicieron en el tiempo adicional a los 90 minutos de juego.
A pesar de todo este análisis, Everton, objetivamente hablando, es superior en todos los sectores del campo de juego, con jugadores mucho más experimentados y con mejores atributos técnicos que el equipo rival, lo que debiera evidenciarse claramente en el enfrentamiento de este Domingo 23 de Mayo a las 16:00 horas en el Estadio Sausalito.
Everton debe demostrar tener la capacidad de aprovechar estos atributos mediante el control inmediato del balón, con un juego cohesionado en todas las zonas del gramado del Sausalito, intentando generar transiciones por las bandas, prioritariamente también por el lado derecho con las subidas de Dilan Zúñiga apoyado por Rodrigo Echeverría, para ir avanzando y buscar encontrarse con el despliegue y habilidad de Cecilio Waterman para generar incertidumbre en la lenta defensa wanderina y es de esperar que aprovechemos de concretar una buena cantidad de goles que, de una vez por todas, nos brinde una inmensa alegría y satisfacción de un triunfo holgado que deje nuevamente estampado en la historia que EVERTON ostenta el patrimonio de la Paternidad sobre Wanderers, con letras de color Oro y Cielo.
Es la gran oportunidad que tiene nuestro Director Técnico, Roberto Sensini, para demostrar que realmente tiene las competencias técnicas y tácticas para llevar adelante este proyecto y cumplir con los grandes objetivos que se propuso la directiva para este año 2021, partiendo por ganar a nuestro Clásico Rival de forma categórica. Como debe ser siempre.
Estamos ansiosos de ver un desempeño eficiente, eficaz y sobresaliente de nuestros jugadores. Sabemos que son capaces de darnos una gran alegría y la estamos esperando hace mucho tiempo. Sólo pedimos que, a la técnica y habilidad propia que tiene cada uno, le agregue una dosis de garra, compromiso y deseo de ganar y se brinden al máximo por lograr un triunfo que trascienda en la historia de los Clásicos Porteños.
Un abrazo a toda la hermosa familia evertoniana, con los mejores deseos de éxito en este nuevo enfrentamiento con nuestro clásico rival.