Después de la última ocasión en que Everton saltó a la cancha a dar un espectáculo pobrísimo, debido al deplorable desempeño del árbitro del partido, en complicidad con el árbitro a cargo del VAR, que condicionaron maliciosamente la performance del equipo Oro y Cielo mediante las consecutivas expulsiones de 3 de nuestros jugadores, desvirtuando un compromiso que se veía atractivo por el estilo de juego de Deportes La Serena y por las expectativas generadas en el partido anterior, donde se había evidenciado un juego agresivo, que solamente careció del gol que nos habría permitido ganar a Curicó Unido en forma legítima. Lamentablemente, Everton fue carnada fácil de un cuerpo arbitral malintencionado, que no tuvo criterio para conducir un partido de primera división, transformándolo en un encuentro unilateral que terminó en un doloroso 0 a 4.
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Fotografía: Pablo Ovalle | Agencia UNO |
Lo otro que es digno de ser destacado es que en todas las situaciones vividas en el partido con Deportes La Serena, he hablado del horrible desempeño del árbitro, de la mala actitud de nuestros jugadores, que cayeron fácilmente en la maquiavélica estrategia del árbitro sinvergüenza y sus cómplices del VAR, lo que fue claramente aprovechado por el equipo rival para ganar con facilidad el partido, pero, en toda esta historia hay una persona que debió ser protagonista y no se hizo notar en ningún momento. Esta persona es el Director Técnico de Everton, señor Roberto Sensini, quien debió haber demostrado su liderazgo, desde el primer minuto del partido y frenar la conducta de varios de nuestros jugadores que entraron a la cancha a jugar con excesiva rudeza, lo que se acrecentó con el primer gol de La Serena y terminó por desbordarse con la injusta y poco atinada expulsión de Julio Barroso, lo que provocó el descontrol del resto de los jugadores quienes en ningún momento fueron controlados por Sensini, por lo que se dejó claramente entrever que este Entrenador no tiene competencias para manejar un equipo, no es un referente para los jugadores y a cada momento no da garantías a la Directiva ni mucho menos a la exigente hinchada evertoniana.
Para peor, después de este magro espectáculo, vino la jornada libre del equipo, fecha en la cual Everton, sin jugar, quedó en el Penúltimo lugar de la tabla de posiciones, ubicación que ni el más pesimista de los Evertonianos habría imaginado dado que este año se invirtió en fortalecer el plantel con jugadores de mucha calidad. La conformidad está en que aún hay tiempo suficiente para enmendar el rumbo y encaminarnos por la senda de los triunfos y las buenas actuaciones.
Por lo pronto, lo más cercano para buscar este propósito es el partido del Domingo 23 de Mayo, a las 20:30 horas, en Rancagua.
El rival a enfrentar es Universidad de Chile, un equipo que, al igual que el nuestro, ha generado más dudas que certezas en cuanto a su planteamiento de juego y al desempeño de sus jugadores dentro de la cancha.
Rafael Dudamel, el cuestionado Director Técnico, ha tenido que ceder a las presiones de la hinchada laica, poniendo en cancha a jugadores que no son de su gusto personal, pero que le han rendido más de lo que él esperaba. Bajo esa premisa, aún no se puede apreciar un estilo de juego bien definido, lo que evidencia un desorden dentro de la cancha, con jugadores que se aventuran a resolver en forma individual las situaciones, sin considerar las instrucciones que emanan desde la banca, sin embargo, Dudamel se hace notar gritando desde su puesto, retando a sus jugadores y tratando de que vuelvan al rumbo que él ha trazado, a diferencia de nuestro Director Técnico, quien no se hace notar, no demuestra liderazgo ni autoridad ante las vicisitudes que se van dando en el transcurso de un partido.
El planteamiento habitual de la U es un 1-4-2-3-1, sin embargo, con la ausencia de Marcelo Cañete y Angelo Henríquez, se modificará a un 1-4-2-2-2.
El Arquero es Fernando De Paul (1) quien da garantías de seguridad cuando está parado en la línea de gol. Es rápido en los achiques pero no es muy efectivo para cortar centros y no tiene buen juego con los pies.
Lateral Derecho es Yonathan Andía (6) quien tiende a proyectarse en ofensiva y no es muy firme en la marca, pero cumple dentro de la regularidad de su puesto. El lateral izquierdo es el juvenil Marcelo Morales (29) quien también trata de apoyar en faenas ofensivas, descuidando la marca en zona defensiva.
Los Centrales son Osvaldo González (4) y Ramón Arias (5) son lentos en sus reacciones y normalmente quedan expuestos debido al adelantamiento de sus laterales y sobretodo, de los dos volantes centrales: Camilo Moya (13) y Gonzalo Espinoza (21). Ambos son eficientes en la marca, sobretodo cuando se trata de encararlos, sin embargo, cuando recuperan el balón, tratan de convertirse en agentes ofensivos, lo que ralentiza el juego y les lleva a tomar malas decisiones.
Como Interior por la derecha se ha ubicado a Pablo Aránguiz (22) quien se ve incómodo en esa posición, por lo que trata de hacer diagonales para buscar su mejor perfil debido a que es muy hábil con el balón y puede generar jugadas sorpresivas y habilitaciones hacia sus delanteros, o bien, buscar un claro para enviar un tiro directo al arco. El Interior Izquierdo es Mario Sandoval (24), un jugador que es más defensivo que ofensivo, pero que se caracteriza por su buena pegada de distancia y eficiencia en los tiros libres.
Normalmente, Dudamel juega con un “9 ½”, sin embargo, esta vez creo que jugará con un puntero abierto que puede ser Nahuel Luján (28) o Thomas Rodríguez (23). Ambos son rápidos y encaradores, pero desordenados. Luján es más gambeteador y le gusta eludir rivales, pecando de egoísmo, en cambio, Rodríguez es más carrilero, buscando línea de fondo para centrar o enviar un pase atrás. El Delantero Finiquitador del equipo es Joaquín Larrivey, un jugador muy peligroso que tiene muy buena ubicación en el área, que tiene altura para pivotear hacia sus compañeros y que entra con fuerza para concretar las oportunidades que se generan, ya sea por acierto de sus compañeros o por error de la zona defensiva rival.
Como equipo, son pocas sus virtudes. Tratan de recuperar el balón en la zona media, posicionándose a 10 metros de su área para achicar espacios al rival. Los correteadores son Moya y Espinoza, apoyados por Sandoval, pero no bajan en demasía, por lo que normalmente la última línea defensiva queda expuesta y es común ver a los volantes centrales corriendo hacia su arco cuando son atacados.
En síntesis, la principal característica del juego de Universidad de Chile es el Desorden, lo que incomoda principalmente a sus defensas y pone de mal humor a Rafael Dudamel, causando nerviosismo e intranquilidad en los jugadores.
¿Cómo Everton puede aprovechar esta debilidad de la Universidad de Chile?
En primer lugar, Everton cuenta con los jugadores idóneos para adueñarse del balón y ser quienes manejen los tiempos del partido. Contamos con buenos intérpretes tales como Alvaro Madrid, Gary Moya y César Valenzuela para que puedan administrar el juego sin desesperarse, para luego buscar la sorpresa que Cecilio Waterman con su rapidez y habilidad puede causar y que ojalá se pueda concretar en goles que provocarán la desesperación de los jugadores y cuerpo técnico de la U. Contamos con dos buenos defensas centrales: Sebastián Pereira y Julio Barroso, quien además lidera la línea defensiva con el fin de mantener un orden que les facilite el control y la tranquilidad en el cumplimiento de su faena, amparados además de la solvencia que ha demostrado nuestro arquero Franco Torgnascioli.
Aún no puedo describir cúal es la idea de juego que pretende esbozar el Sr. Roberto Sensini, pero debo tener esperanza en que nuestro entrenador tiene una idea y los jugadores la van a entender algún día, ojalá este fin de semana, en donde se debe demostrar que Everton es un equipo que se formó este año para ser protagonista de los primeros lugares y que la posición actual ha sido producto de un accidente del fútbol que hay que corregir con eficiencia y trabajo fructífero, para concretar de una vez por todas los objetivos que se plantearon para el torneo de fútbol profesional del año 2021.
De lo contrario, si no se obtienen los tres puntos en este partido, ya sería hora de cambiar el cuerpo técnico en forma inmediata porque la hinchada no está dispuesta a tener una bochornosa vergüenza frente a nuestro clásico rival en la siguiente fecha.
Eso sí, sería IMPERDONABLE.