Carlos Espinoza Marambio, viñamarino de nacimiento y de corazón, desde joven demostró aptitudes para la posición de arquero. El año 1948 llegó a Everton y en 1950 se convirtió en titular. Con su seguridad y tranquilidad en el pórtico, transmitió la confianza necesaria para que Everton bajara su primera estrella en un apretado partido de definición ante Unión Española, donde el portero tuvo una de sus mejores actuaciones, con buenas intervenciones, ordenando a su defensa y siempre atento al juego. El año 1952 los viñamarinos repitieron la hazaña, en un campeonato donde dominaron de principio a fin y donde Espinoza fue una de sus mayores figuras, tanto que se ganaría el honor de defender a la selección chilena los años siguientes.
Con sus años defendiendo la camiseta oro y cielo, actualmente es el cuarto portero con más partidos (204) en la historia del club.
En su visita a la quinta región de este fin de semana recién pasado se le ve muy alegre, siempre acompañado de sus hijos y recordando sus años como futbolista profesional. Recuerda a sus compañeros de la época, destacando a René Meléndez, destacándolo como “el mejor”, “tan bueno que se pasaba a todos los defensas y entraba con la pelota al arco”, además que “no se podría comprar a ninguno de los jugadores actuales”.
Don Carlos también rememora sus grandes actuaciones defendiendo el arco oro y cielo, como el empate 2-2 ante Millonarios de Colombia, con Alfredo Di Stefano a la cabeza (06/02/1952), y el mítico 5-0 ante Independiente de Avellaneda (31/01/1953).
Ya de regreso en Puerto Montt, don Carlos sigue viviendo con el cariño de su familia y manteniendo con vida una de las épocas más gloriosas de Everton.